Zaragoza
A orillas del Ebro se levanta la ciudad de Zaragoza, que por su situación estratégica siempre ha sido encrucijada de caminos y encuentro de culturas.
En los 2.000 años de historia de nuestra ciudad, el río Ebro ha visto reflejados en sus aguas los rostros de multiplicidad de culturas y ha sido fuente de vida para diversas civilizaciones.
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Fruto de este mestizaje de culturas es el riquísimo patrimonio histórico de la ciudad de Zaragoza. El visitante podrá disfrutar, en apenas unos metros, de la grandeza del Imperio Romano, de la suntuosidad del legado mudéjar –declarado Patrimonio de la Humanidad-, así como de la ceremoniosidad cristiana y la tradición judía. Como se ha apuntado, su privilegiada situación geográfica ha hecho de Zaragoza parada obligada para el descanso y el abastecimiento. De este tránsito continuo y de su propia evolución histórica le viene a Zaragoza su mayor patrimonio: su gente. Auténticos, abiertos y vitales, los zaragozanos saben no sólo recibir, sino también compartir su ciudad, sus tradiciones y su alegría con los que nos visitan. Además, Zaragoza ha sabido sumar al legado de sus antepasados las iniciativas y actuaciones que la hacen hoy en día una ciudad a la vanguardia del progreso y el crecimiento.